30
oct.
Análisis de un año logístico complejo
En línea con la actividad económica, la logística ha sufrido el impacto de la crisis tanto en la baja de volúmenes como en el incremento de sus costos operativos. Sin embargo se distinguen dos flujos logísticos con realidades contrapuestas: el industrial y el agropecuario.
La Fundación de Investigaciones Economicas Latinoamericanas (FIEL) realizó su tradicional encuentro anual dedicado al análisis de los flujos logísticos. En este marco Jorge Jares, de la consultora logística DyC, destacó que para un análisis certero de la realidad del sector se deben diferenciar los flujos de la actividad agropecuaria y los de la actividad industrial. En este sentido precisó, “uno es un flujo logístico próspero y el otro ha descendido y trata de estabilizarse. El problema para el análisis es que, salvo para una parte de la población de camiones, estos flujos no utilizan los mismos recursos logísticos”.
La actividad industrial de acuerdo con el índice IPI de FIEL en los primeros nueve meses del año acumula un retroceso de 5.8% en la comparación interanual. Este índice, de acuerdo con Jares, “guarda una estrecha relación con las importaciones, que también están bajando. El 70% de las mismas son para la producción industrial, y aproximadamente un 20% de bienes de consumo, por lo que al disminuir el consumo disminuye tanto la producción nacional como el deseo de comprar bienes importados”.
En definitiva, “se prevé un panorama de economía ajustada, cuyos flujos logísticos se están estabilizando a cero en la parte industrial y con una pujanza bastante fuerte en los valores agropecuarios que probablemente crezcan otro 8% el año próximo, y representan uno de los valores más ciertos siempre que no haya un problema climático”.
La demanda de recursos operativos
Sobre los recursos que requiere la actividad logística para su funcionamiento se analizan tres elementos: Transporte, Recursos humanos y la incorporación de depósitos modernos.
Comenzando por los camiones, Jares señaló que “no parece que falten camiones” y así lo reflejan los números, ya que la incorporación de camiones pesados 0km se ubica en la mitad que durante el mismo periodo del año pasado, enero a julio: 7.000 unidades contra 14.000 en 2018, “lo cual es razonable en este escenario”.
La crisis económica y de consumo queda en evidencia ya que los números totales muestran que este año se movilizaron 7 millones de toneladas menos que en 2018 y 14 millones de toneladas menos que en 2014.
“En un entorno económico complicado los flujos logísticos muestran comportamientos muy disímiles. El flujo agropecuario muestra un importante crecimiento que seguramente continuará en 2020 si los factores climáticos son normales. Los flujos industriales han decrecido considerablemente y se espera que se estabilicen en los valores actuales. Ambos flujos requieren recursos logísticos muy diferentes, especialmente en almacenamiento. Por lo que los incrementos y caídas no pueden ser neteados y las capacidades ociosas permanecerán”.
La industria automotriz lidera la baja
De acuerdo con el último informe difundido por FIEL, el índice de producción industrial del mes de septiembre mostró un retroceso de 0.4% en comparación con igual mes de 2018, mientras que en la medición desestacionalizada la actividad registró una caída de 1.9% que interrumpió las mejoras observadas en los dos meses previos.
Durante dicho mes se registraron comportamientos diversos de acuerdo a los sectores. Los alimentos y bebidas sumaron su quinto mes de mejora, así como la refinación de petróleo volvió a mostrar una mejora interanual. Mientras que la producción automotriz registró un nuevo retroceso interanual, aunque de menor magnitud que en meses anteriores, al que se sumó la caída de minerales no metálicos, metalmecánica y químicos y plásticos.
En su último informe mensual, desde la Asociación de Fabricantes de Automotores (ADEFA), señalan que en los primeros nueves meses del año se exportaron 168.023 vehículos, es decir, se registró una baja de 15,3 % en su comparación con el mismo período del año pasado cuando se enviaron 198.337 unidades a diversos mercados. Durante el mes de septiembre el sector comercializó a su red de concesionarios 26.876 unidades, un 29,3 % menos respecto de agosto y una caída de 37 % en su comparación con el mismo mes del año pasado. De esta forma, el acumulado a septiembre arroja que la venta mayorista (concesionarios) contabilizó 291.219 unidades, es decir, un 48,3 % menos respecto del mismo período de 2018 en el que se comercializaron 563.096 vehículos.
Analizando el presente del sector, el titular de ADEFA, Luis Fernando Peláez Gamboa destacó la importancia de continuar trabajando junto a la cadena de valor. Una tarea que ya dejó planteado los principales objetivos. Al respecto, Peláez Gamboa explicó que “todos los eslabones de la cadena estamos trabajando en una agenda con una visión común a 10 años que nos permita preservar la actividad ante los desafíos actuales y generar las condiciones necesarias para posicionarnos con mayor fortaleza frente a la toma de decisiones en la región, competir en igualdad de condiciones en las próximas asignaciones y subirse al desarrollo de nuevas tecnologías”.
“El foco está en modificar de manera conjunta a través de un plan sustentable y de largo plazo aquellas cuestiones estructurales que impactan en la competitividad de nuestra industria”, agregó.
Como socio estratégico de nuestros clientes para el transporte de cargas internacionales con Brasil y Chile, en LTM permanentemente monitoreamos información clave del negocio logístico y analizamos su impacto y aportes para la toma de decisiones de nuestros clientes.
Fuentes:
Fundación de Investigaciones Economicas Latinoamericanas (FIEL)
Asociación de Fabricantes de Automotores (ADEFA)