13
feb.
La competencia desleal atenta contra la salud del autotransporte de cargas
La informalidad bajo la que operan muchas empresas de transporte atenta contra el buen funcionamiento del sector y de la economía en general. La falta de fiscalización amenaza la supervivencia de aquellas empresas que cumplen con sus compromisos, al ponerlas en desventaja competitiva frente a aquellas que basan su rentabilidad en el desprecio por las buenas prácticas sin cuidar ni a las cargas ni a sus trabajadores.
Eficiencia, transparencia, seguridad y trabajo formal bien remunerado son algunas de las cualidades que hacen a un transporte de cargas sano, que no solo garantiza la distribución y traslado de sus cargas, sino que representa un importante aporte a las arcas públicas y al funcionamiento del Estado.
La situación compleja que desde hace meses vive el autotransporte de cargas, que afronta altas subas de costos y una fuerte baja de volúmenes en casi todos los rubros, pone aún más en evidencia una problemática que hace años es denunciada por las cámaras y asociaciones del sector, y que hoy en día ha llevado al límite la supervivencia de muchas empresas que ya no pueden competir en el mercado, frente a la desigualdad de condiciones que genera la falta de fiscalización de las autoridades competentes.
Esta misma semana desde la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC), advirtieron sobre la difícil situación que enfrentan las empresas de transporte de cargas del norte del país:
“Los constantes aumentos de los costos y la baja del volumen de cargas a transportar son un combo letal para la actividad. Pero si esto fuera poco, la fiscalización solamente dirigida a las empresas que operan en el marco de la ley es un golpe mortal. Aunque son las generadoras de trabajo genuino y registrado, y, sobre todo, las que pagan impuestos con los que luego se mueven la economía, padecen esta situación y comienzan a desaparecer. ¿Porque decimos que esta forma de fiscalización atenta contra la economía? Esto es muy simple: los pocos controles que se realizan en esta zona del país son solo hacia las empresas que están registradas y tratan de cumplir con las reglamentaciones. Las que no lo hacen, nadie las controla ni multa, lo que produce una competencia desleal dentro del sector. Tanto el Sindicato como los organismos estatales solo fiscalizan a las empresas genuinas porque es más fácil `pescar en la pecera´ que salir a controlar y multar. Todos los trabajadores se merecen cobrar un sueldo digno y tener medidas de seguridad adecuadas, pero que no haya fiscalización sobre las que operan en la informalidad es el caldo de cultivo para que se genere el trabajo no registrado”.
En LTM nos esforzamos por cumplir con todas las exigencias que hacen a un autotransporte comprometido con los clientes, las cargas y con la sociedad, brindando seguridad y condiciones dignas a los trabajadores del sector. En este sentido apoyamos el reclamo de las cámaras y asociaciones que trabajan por generar condiciones de igualdad, que posibiliten el desarrollo de un transporte automotor de cargas sano y comprometido con su entorno, como un componente vital para el desarrollo del país.