Resiliencia como respuesta de la logística y del transporte terrestre ante un mundo complejo

Resiliencia como respuesta de la logística y del transporte terrestre ante un mundo complejo - LTM

Resiliencia como respuesta de la logística y del transporte terrestre ante un mundo complejo

La resiliencia se define como la capacidad de adaptarse y recuperarse antes los cambios y amenazas del entorno. Este concepto, que hace pocos años comenzó a difundirse en el sector logístico, cobra hoy una clara relevancia e invita a pensar en su rol en el futuro de la logística y del transporte automotor de cargas, responsable de más del 90% de las cargas que se mueven dentro de Argentina.

Ya en su encuentro anual de 2019, la Asociación Argentina de Logística Empresaria (ARLOG), tomó el tema de la resiliencia como eje del evento. Es que más allá de la coyuntura que hoy enfrentan las empresas y la sociedad por el avance del coronavirus, son cada vez más frecuentes los hechos disruptivos que modifican el entorno en que operan las empresas: los desastres naturales, las crisis políticas y económicas, que por efecto de la globalización tienen cada vez mayor alcance, son claro ejemplo de esta realidad.

En todos los casos la logística siempre debe seguir funcionando, por eso especialistas de todo el mundo abordan este tema con el fin de brindar agilidad y flexibilidad a las cadenas de suministro. Presentamos a continuación 3 acciones capaces de potenciar la capacidad de adaptación de las operaciones logísticas, que resultan útiles también para la gestión de operaciones clave, como es en nuestro país el transporte terrestre de cargas, responsable del movimiento de más del 90% de los productos y mercancías que recorren el país.

  • Visibilidad y transparencia de la cadena y sus operaciones. Se deben identificar claramente todos los elementos que componen los procesos, conocer los puntos de origen y destino de todos los productos o insumos, los proveedores directos e indirectos, los nodos y puntos clave para el traslado y almacenamiento de bienes.  
  • A partir de este mapeo de la cadena, se deben identificar los riesgos y sus características particulares de acuerdo a cada industria, lo que permite predecir escenarios y elaborar alternativas operativas que minimicen los riesgos de interrupciones de abastecimiento. Para el transporte automotor de cargas internacional, como es el caso de LTM principalmente entre Argentina y Brasil, los pasos fronterizos son claramente un punto crítico donde se pueden suceder demoras o imprevistos, como ha sucedido sobre todo en los primeros días de la pandemia de COVID-19 que todavía nos afecta a todos.
  • Finalmente es preciso realizar un seguimiento, idealmente en tiempo real, de cada uno de los riesgos identificados. En este sentido el rol de la tecnología cobra vital importancia, por la gran capacidad de visualización que permite hoy en día.

Desde luego, y en forma transversal a todos los puntos analizados, el rol de los recursos humanos es fundamental. La dirección de las empresas debe contar con el mismo nivel de flexibilidad y capacidad de respuesta que los recursos técnicos. También el rol del personal abocado a los puestos operativos es importante, ya que pueden brindar información precisa e identificar aspectos “de campo” que muchas veces escapan al seguimiento tecnológico. Para ello es fundamental la toma de conciencia del personal, tanto operativo como ejecutivo, mediante capacitaciones que brinden una visión integral de las cadenas e identifiquen la importancia y trascendencia del rol de cada uno de sus eslabones.

Vivimos tiempos complejos y es posible que debamos prepararnos para un futuro donde las incertidumbres sean cada vez más frecuentes. Pero como mencionamos anteriormente, la logística debe seguir operando, y la resiliencia representa una oportunidad para el éxito de las empresas ante los desafíos por venir.

 

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